Your cart
No hay más artículos en su carrito
¡Hogar, dulce hogar! Era una gris y perezosa mañana de domingo, y en casa Silver todos dormíamos como murciélagos. Bueno, todos menos Rebecca, que se había despertado a las siete y había salido a pasear (¿ esta chica no descansa nunca, o qué?). De pronto, algo nos puso a todos en pie: una paloma mensajera había traído noticias frescas (y fantasmagóricas)...
¿Os imagináis que el tipo más estrafalario del planeta tuviera que cuidar de vosotros durante un fin de semana? Me apuesto un ala a que se os helaría la sangre en las venas, tal y como nos sucedió a los hermanos Silver y a mí cuando nos enteramos de que el estrambótico tío Larry Silver se instalaba en Friday Street para hacernos de canguro Pero, amigos,...