Me será difícil siempre olvidar aquel día en que encontré al Mary Jane. Muy difícil, para ser sinceros. Creo que desde un principiotuve la seguridad, el pálpito inmediato de que me encontraba ante algo fuera delo normal. Quizá, quizá, volviendo la vista atrás y recordando aquellosmomentos, podría afirmar, sin miedo a equivocarme, que presentí de un modopuramente intuitivo y sin base sólida por el momento, la presencia de un misterio,la proximidad inquietante de algo que no era siquiera de este mundo.
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