EN LAS FRONTERAS DE LO IRRACIONAL

Cuando, hace quizá varios millones de años, y después de una mutación psíquica que no podemos explicar, el hombre se separó del resto de los seres vivos, se esforzó en encontrar dentro de si mismo la fuerza necesaria para asegurar su propio destino. A fin de calmar la sorda angustia producida por la preocupación del mañana, observó los seres y las cosas para orientar su conducta en función del comportamiento de aquéllos: su objeto esencial era asegurarse el alimento. Vino así en conocimiento de que, mediante cierto movimiento de la mano, lograba lanzar más lejos la piedra destinada a su enemigo o a la pieza de caza ambicionada; que un pedazo de sílex le permitía modificar la materia. Después, comunicó sus descubrimientos a los individuos de su grupo; así nacieron las primeras técnicas y las primeras tradiciones. Gracias al lenguaje, y, mucho más tarde, a la escritura, pudo transmitir el resultado de su experiencia a sus descendientes. Y se desarrolló un mundo racional, fundado, sobre todo, en la toma de conocimiento de las leyes del mundo material y de las relaciones de causa a efecto que le son propias. Entonces, tuvo el hombre a su disposición una fuerza nueva que le permitió actuar con creciente eficacia sobre la Naturaleza.(De coleccionotrosmundos.org)