"Laura Kelly iba a necesitar toda su fuerza de voluntad. Su hijo necesitaba un trasplante de médula pero ella no podía donársela por no tener afinidad genética. Cuando descubrió que tampoco la tenía ninguno de sus familiares, la sospecha empezó a cobrar forma: era adoptada.El detective privado Mitch Tucker tenía la reputación de ser el mejor de la ciudad, pero hasta él mismo reconocía que la búsqueda de los padres biológicos de Laura no sería fácil, especialmente cuando descubrió que la adopción de Laura fue ilegal. Además, parecía haber muchas personas interesadas en que el asunto permaneciera en el olvido.Los riesgos eran grandes, pero también lo era la recompensa..."
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