Cecile Kingsley estaba entusiasmada con ser la madrina de los gemelos de su mejor amiga, hasta que descubrió que el padrino era el doctor Coursey. Aunque hubiera ayudado a traer al mundo a los pequeños, a Cecile no le caía bien ningún médico.El recalcitrante soltero Rand Coursey sospechaba que bajo el fuerte carácter de Cecile se ocultaba una mujer dulce y cariñosa. Pero también tenía tres niños, y lo último que él necesitaba era una familia ya formada. A pesar de ello, nada le parecía tan atrayente como la idea de compartir su vida con Cecile y sus hijos.
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