El paradero de un retrato de Mehmet II, gran héroe del Imperio otomano, pintado por el artista renacentista Bellini ha sido un misterio durante siglos. En el Estambul de 1840 circula el rumor de que el cuadro ha aparecido en Venecia, y el sultán quiere poseerlo a toda costa. Yashim, el célebre detective eunuco, es el encargado de recuperarlo, y para ello cuenta con la inestimable ayuda de Stanislaw Palieski, el decadente embajador de Polonia.
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