Una aureola de misterio envuelve a la Orden del Temple. Disueltos y perseguidos a instancias del Papado, las tierras del río Cinca fueron uno de los últimos reductos europeos y el último de la Corona de Aragón. Sus posesiones, asociadas a la encomienda de Monzón, son el hilo conductor para visitar los pueblos y monumentos que se asoman a estas fértiles orillas.
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