Este libro pretende mostrar las posibilidades de hablar de Dios hoy con sentido, superando la sospecha de que Dios pueda no ser más que una ilusión alienante o una suposicion absurda. Y es que la palabra Dios ha llegado a ser una de las palabras más equívocas. Ya no se puede preguntar a nadie si cree o no cree en Dios, sin precisar de qué Dios se trata. Muchos que se profesan ateos rechazan, con toda razón, la imagen recibida de un Dios que aplasta al hombre: de un Dios refugio de temores neuróticos o instrumento de intereses inconfesables. Y también muchos de los que se llaman creyentes creen tan sólo en un ídolo inconsistente que puede adoptar extrañas formas de tapaagujeros, consolador o dueño hosco y arbitrario. El autor identifica al verdadero Dios de la tradición bíblico-cristiana, mostrando cómo el creer en este Dios es una opción razonable y liberadora, capaz de hacer descubrir el único sentido que puede tener la existencia humana. Después de explicar la identidad de Dios y la del hombre según la tradición bíblica, el autor entra en diálogo crítico con el pensamiento moderno, que -desde Descartes a Feuerbach, Marx, Nietzsche y Freud- ha desfigurado la idea de Dios hasta hacerla inaceptable.
Descripción
1990,rústica con solapas.Falta página de cortesía.
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si acepta o continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información desde su navegador Web.